Según los documentos consultados, el primer boticario en establecerse en Puerto Rico fue don Hernando de Torres, quien arribó a la Isla procedente de Sevilla en 1512. En la declaración que aparece en el libro Documentos de la Real Hacienda de Puerto Rico del historiador A Tanodi, aparecen además de una lista de ingredientes, los utensilios necesarios para la elaboración de medicamentos.
En la declaración se mencionan redomas y botecillos de vidrio, cajas de boticario grandes y pequeñas, un almirez y su mano (mortero de metal), un mortero de piedra y su mano, dos pesos de pesar con sus pesas, una jeringa, un embudo, medidas de hoja de lata, espátulas, tablas para la botica, tres librillos pequeños y varias botijas y jarros con agua destilada.
Podemos suponer que la botica se estableció en el primer Hospital de la Concepcion en el poblado de Caparra que según el historiador S Arana Soto, se estableció en 1511. Por descripciones de varios historiadores, sabemos que la botica debió estar dotada de un mostrador o mesa y estanterías de madera donde se colocaban los albárdelos de cerámica, vasos de cristal y cajas de madera rotuladas para conservar los ingredientes vegetales.
No nos es difícil imaginar las condiciones de trabajo del boticario en el siglo XVI así como los conocimientos que debieron tener en el arte de confeccionar los remedios para aliviar los males de los primeros colonizadores de la Isla.