Una de las piezas mas vistosas en las farmacias durante los siglos XVII al XIX fue la llamada ojo del boticario. Sobre su origen y de cómo se convirtieron en una de las piezas simbólicas de las boticas hay varias leyendas y teorías.
El ojo de boticario tiene su antecedente en el globo de mostrador. Es un contenedor de vidrio transparente en forma de globo que se llenaba de líquidos de colores y solía colocarse en las vitrinas de las boticas. Muchas veces, se le colocaban pequeñas esferas de metal o espejos para reflejar la luz hacia el globo. El cuello del globo es largo a manera de cuello de cisne y en el tope se coloca una tapa de cristal. En muchos casos se colocaban uno o más globos pequeños en forma de torre, cada uno de los cuales se llenaba de líquidos de colores diferentes. En el tope se colocaba la tapa de cristal. En ocasiones encontramos que el vidrio de los globos puede estar tallado con dibujos florales.
Una de las leyendas mas comunes sobre sus orígenes envuelve a los alquimistas ingleses del siglo XVI. Los alquimistas eran conocidos por el misterio y la magia y supuestamente combinaban varios productos químicos para obtener los diferentes colores de los líquidos con los que llenaban los envases. Otro de los mitos tiene su origen en tiempos de la Gran Plaga de Londres. En este caso su explicación es que los colores advertían a los enfermos dónde podían encontrar atención médica. Otra teoría establece que el color del líquido era un mensaje para los viajeros, quienes podían identificar con el color rojo o verde, si el lugar por el que pasaban estaba en cuarentena o estaba libre de la plaga.
Sea cual sea su origen, a través el tiempo, el ojo de boticario se convirtió en un símbolo para identificar la botica de otros establecimientos.
Redacta: Lcda. Gladys Montañez
Fuente: Mysterious Show Globes of the Apothecary